A diferencia del espárrago verde, el blanco crece debajo de la tierra y no debe recibir la luz del sol. En el momento en que asoma del hueco en el que crece, la punta se vuelve de un color verde o violeta por el efecto de la luz solar. Por eso, la recolección debe efectuarse de forma manual, abriendo un pequeño agujero en el surco y sacando el espárrago con muchísimo cuidado. Esta recolección manual tan delicada hace que los espárragos blancos tengan un precio más elevado en el mercado que los verdes.
Recolección
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