Hace unos días recibimos en la tienda a un grupo de comerciantes, acompañados por Maria Callis y personal de Cámara de Comercio de Bilbao, para contarles nuestra experiencia en esto de vender algo más que fruta.
El día estaba, como pueden imaginar, requeteorganizado.
Yo había dado la mañana libre el día anterior a una de las chicas, para que ese día hubiese una persona más de refuerzo en la tienda y yo poder atender a las personas que nos hacían el honor de visitarnos para conocernos toda la atención que se merecían.
Deberían de haber dispuestas dos o tres modelos de cestas para que viesen nuestro trabajo, unas brochetas para que se refrescasen a su llegada. Y yo debería de estar preparadia, pintadita y mona para causar la mejor de las impresiones.
Pues bien todo muy lógico ¿no?
Pues nada de eso señores, que la visita no era el día 20 sino el 19, un día antes de lo que yo por error había anotado en la agenda.
Allá que de pronto veo que un autobús para en la puerta de la tienda, y empiezan a bajar personas con una sonrisa feliz. Por mi parte me sentía palidecer y miraba a los visitantes pensando ¡Tierra trágame!
Allí estaba yo, con mis vaqueros del merca, mi delantal y mis botas de merca, sin arreglar un poquito.
Allí estaba yo sin unas tristes brochetas para darles la bienvenida a mi casa.
Allí estaba yo, que acababa de montar dos cestas y ya las había enviado para sus destinos, reorganizando el área de trabajo de las cestas, pero sin cestas.
Y allí estaban ellos visitando FrutasManuela al natural, más al natural y sin improvisaciones que nunca.
A veces las cosas improvisadas salen mejor de lo que esperamos, y mira que a mi no me gusta improvisar.
Nos situamos en el fondo del punto de venta y les conté quien era, de donde venía, Les conté que FrutasManuela no es una Frutería, sino que detrás del mostrador hay un equipo de personas, mis chicas y yo, que trabajamos mano a mano en un proyecto de lo que queremos que sea una forma distinta de vender fruta.
Salieron contentos y luego me uní a ellos para compartir una comida amena y muy didáctica a la que siguieron otras visitas a comercios muy interesantes e innovadores. Posteriormente hubo una sesión de trabajo en la que juntos reflexionamos sobre lo que habíamos visto y como aplicarlo, o no, a nuestros comercios. En fin, esas charlas distendidas donde unos aprendemos de otros.
Entre tanto escabulléndome hice que me enviasen unos delantales de los nuestros, para poder obsequiar a los asistentes con quizás el que yo considero mejor obsequio que les pudiera hacer. Un obsequio con el que ellos me recordarían cada vez que usasen esa herramienta de trabajo que es un delantal.
Porque al fin y al cabo, lo que hacemos en FrutasManuela es eso: TRABAJO constante y meditado para tratar de hacer las cosas mejor cada día.
Los establecimientos que aparecían en la ruta eran: Papelería Arnaga, FrutasManuela, Ezentia y For. Además visitamos fuera de ruta Ikatz.
Gracias a todos los que me visitasteis vuestra paciencia y comprensión ante mi error en la fecha. Por lo que allí vi, me da que cuando esta experiencia se repita, visitaremos a alguno de los comercios que nos visitaron, porque allí se respiraba ganas de hacer comercio de calidad, y eso es la base de un buen comercio.
En los comercios como los nuestros, cercanos, pequeños y donde las personas son lo importante, no se trata de vender mucho, sino de hacerlo bien.