Hace un par de meses, allá por semana santa, recibí un paquete de un amigo oral, es decir, al que físicamente no conozco pero con el que charlo semanalmente. Además de ricas viandas este paquete contenía una joya para la piel: Una esponja de calabacín,
No me pregunten como se hace, pero les aseguro que es una maravilla, sus fibras son suaves y actua delicadamente como exfoliante, dejando la piel como la seda. Gracias Cesar.
