La carne de caballo es tan o más rica que la de vaca, pero cada una tiene un precio y unas propiedades distintas, ni mejor ni peor, simplemente diferente. Ahora bien, que no nos engañen, porque engañar al consumidor es un error fatal. Error fatal al menos para los que cada día damos la cara ante el consumidor final, eso sí, los jefazos de grandes compañías, a los que no les vemos ni conocemos la cara, esos se permiten engañar al consumidor, porque ni tienen vergüenza, ni la conocen, ni la han visto de lejos.
Aunque lo realmente penoso es que el consumidor final encima les perdonará porque un ladrón al que no se le pone cara es más fácil de perdonar. No es eso de: TÚ me has engañado a mi, sino más bien : Esta marca cometió un fallo.