Uno de los requisitos que, a mi entender, no le deben faltar a ninguna empresa es la capacidad de renovarse, reciclarse y tratar de mejorar día a día.
Cuando uno se queda en su empresa y no sale a ver qué sucede fuera se queda atrás, estancando, y no avanza y quien no avanza por fuerza retrocede frente a la competencia.
Ya son años de tablas detrás de un mostrador, años trabajando con el personal que compone la empresa y con los clientes, que ambos la hacen posible. Pero siempre se ha de querer mejorar y avanzar.
Se nos olvida a veces, a los pequeños empresarios, que hay que trabajar dentro para formar un buen equipo con el que podamos contar, y ser capaces de hacerles partícipes de lo que es nuestra idea del negocio pero que además hay que estar en un proceso de formación constante no solo nosotros (eso es imprescindible) sino también nuestro equipo.
El mal empresario, el mal comerciante me atrevería a decir, es ese que dice: «¡A mi qué me van a enseñar! Si después de tantos años ya lo sé todo.»
Quizás, y sólo quizás, no sean las grandes superficies, ni las instituciones, ni los políticos los responsables de que el pequeño comercio sea cada vez más pequeños. Quizás seamos los responsables de estos comercios los culpables por no querer saber qué quieren nuestros clientes. ¿Por qué se van a otro tipo de comercio? ¿No será que los grandes se han molestado y han invertido en saber qué pueden ofrecerles nuevo y mejor? ¿Y nosotros seguimos con la misma decoración y el mismo concepto de comercio que hace 30 años?
Si nosotros nos ESPECIALIZAMOS y les damos: Mejor servicio, mejor trato, y además estamos al lado de su casa ¿creen que nuestros clientes moverían el culo 3km hasta un centro comercial?
Yo creo que no.
Ni tan siquiera el precio es lo más importante. Si para ahorrarse 1 euro han de sacar el coche, gastar gasolina, tiempo en desplazarse… ¿lo harán?.
Que el producto que vendamos sea de buena calidad, que nuestro establecimiento sea un lugar agradable, bien puesto, que el trato a los clientes sea excelente, que el servicio postventa funcione, que seamos profesionales, que les ofrezcamos algo que marque la diferencia con los demás, que cuando salgan de nuestra casa, porque nuestro comercio es nuestra casa, salgan contentos queriendo volver. Eso es lo que va a hacer que el cliente vuelva.
Ahora unas preguntas para que reflexionéis y contestéis:
¿Cuántos cambios de decoración, cuántos cursos de formación, cuántas mejoras has hecho en el servicio?
¿Cuánto has invertido en hacer que el servicio y el entorno de tu comercio sea mejor?
¿Has hecho algo en los dos últimos años?
¿Has cambiado las luces? (Aunque no se fundan pierden brillo e intensidad)
¿Has pintado?
¿Has cambiado el mobiliario?
¿Has renovado los uniformes?
¿Has hecho algún tipo de animación comercial?
¿Has hecho concursos o sorteos entre tu clientes?
¿Has empleado tiempo en visitar tiendas de tu sector para ver qué hacen o cómo y poder escoger quedarte con lo bueno, aprender, y desechar lo malo?
Quizás sea el momento de dejar de llorar y lamentarnos para pasar a tomar la iniciativa. ¿No?