El otro día me contaba Luci, una clienta de las de toda la vida, que su marido estaba planteando poner un huertecito para tener donde entretenerse ante su cercana jubilación.
Me salió del alma: Mujer Luci, ¿Un huertecito? No. Dile que ponga un corralito con sus conejos, gallinas, incluso el cerdo para hacer la matanza, pero que se deje que huertecitos que las frutas y las verduras ya te las vendo yo.
Y de la misma forma Pepe, hasta hace poco zapatero de los buenos, al jubilarse ¡toma huertecito que te crió! El otro día me trajo una cebolla de su cosecha y he aquí la foto.
Cuando el marido de Luci tenga cosecha ya os la enseñaré, a no ser claro está, que me haga caso y os pueda enseñar la camada de lechoncitos.
Con lo bonitos que son los animalitos…